17 de noviembre de 2011

DULCE DETALLE


Sin ningún miedo llegó a mí, de pronto nuestras miradas se cruzaron. Mi corazón latía fuerte, rápido, demostrando que no tenía temor de expresar lo que sentía, y fue así… Simplemente fue la reacción de aquel momento, fue la reacción de saberme enamorada. Enamorada de lo que se encontraba frente a mí, de lo que había anhelado por mucho tiempo, de lo que más había deseado. No olvido su sonrisa, esa que al verla; el mundo y sus tontos conflictos desaparecían, se fugaban mágicamente cual ladrones en acción. Que bello era sentir sus caricias en mi rostro, demostrándome que mis problemas sí tenían punto final. Aquellos besos que me hacían sentirme protegida, para siempre. Son aquellos momentos los que hacen de tu vida, partes de una historia inolvidable, mágica y perfecta; por diez minutos, cinco meses o diez años; ¡vaya! Que el tiempo es lo de menos; pasó, existió y se quedará en el recuerdo, para siempre. He allí el detalle más bello del amor… siempre se extrae lo más puro; se consigue lo más hermoso y se descubre lo más sublime…