19 de julio de 2011

CIERTO, ¿NO?


La sensación mágica de ver sus ojos color noche y analizar aquella perfecta expresión al amanecer, una experiencia única en su especie, luego de tocar suavemente su rostro esperando una respuesta a esas cosquillas que inevitablemente se hacían presente después de cada beso inesperado, eran; sin pensar, la respuesta de una felicidad ya completa. Una felicidad que es buscada por todos, anhelada por todos, querida por todos. Aquellos momentos compartidos que nunca podrán ser olvidados, pueden quedar como el dulce recuerdo de una experiencia que jamás podrá tener fin y si bien podría terminar en una despedida, para el corazón no existe dicha palabra. Es que la verdad, para el corazón nunca existirá el adiós.