El destino muchas veces lo
ordena.
Haz que el silencio, en ocasiones
sea el compañero que te ayude a cuidar los sueños que tienes, a que la
impaciencia no te gane ni te derrumbe. A que la espera se haga prudente y no
caigas en la desesperanza. Lucha por aquello que aparentemente es imposible, y
que para ti a la larga sea una realidad. No caigas en juegos absurdos que
pongan a prueba tu temperamento, siéntete segura de lo fuerte que eres, y de la
fragilidad que también es necesaria para sentir lo que tiene que ser parte de
ti. No tengas miedo de amar, es parte de la vida, es un ingrediente para
sentirte bien y en ocasiones plena. Trata de no guardar rencor, armoniza tu
mente, tu espíritu. Cuida tus pensamientos y haz que ellos cuiden de ti. Lucha
simplemente por ser feliz, unos dicen que no es tan difícil.