1 de noviembre de 2014

LAS CINCO PRIMERAS PALABRAS


Cuando te conocí no llamaste mi atención, la verdad que ni siquiera me preocupé por cuidar mi saludo y parecer más atractiva para ti. No pretendía seducirte, ni aparentar nada que no soy. No vi en ti algún otro prospecto más que de compartir una momento entre amigos y ya está. Para ser sincera, acabo de descubrir un curioso defecto que me hace eliminar cualquier posible ilusión después de escuchar las cinco primeras palabras. Siento que son las que te abrirán la puerta para ver si la persona vale o no la pena conocer, pero a caso ¿eso es justo? yo misma me cuestiono. Esas cinco palabras tuyas no fueron más que las primeras lineas de un mal libreto, a pesar de eso, fui diplomática y acepté conocerte, sin predecir, que después de ello, alejaría mis absurdos defectos y aceptaría noches enteras escuchando historias con mal trama, algunas tenían sentido, otras no y te dí el derecho que todos tenemos de ser escuchados y de ser, en cierto punto, comprendidos, sin juzgar, sin criticar, sin nada más que hacer. Los meses pasaron, y el poco interés que al comienzo me acogía hacia ti se fue convirtiendo con el tiempo en una aventura de lucha por encontrar en alguien que aparentemente no tenia nada que dar, lo mejor de sí. Encontrar lo que otros desconocían. lo que otros maldecían, y lo que otros querían olvidar. Y sentí que lo había logrado, luego de eso, me vi inmersa en una historia fantasma que me llevó a crear un personaje absurdamente bueno, que había sido maquillado como alguien merecedor de todo. ¿Pasa siempre?. Esto me hizo concluir que muchas veces nos preocupamos y luchamos por encontrar sólo lo bueno de todo, alejando la realidad y negando que todos, todos, somos imperfectos, estamos llenos de defectos, unos más graciosos que otros, pero al final no entendemos que fallamos, que merecemos perder y que es bueno lanzar los dados sin esperar siempre números iguales. Nos acercamos sin miedo a una ilusión carente de realismo. Tal vez eso me pasó contigo, no acepté que eras un humano con errores y que mi destino no era acompañarte, sino dejar que conozcas en otros lugares lo que realmente te hará feliz. Pues sí, a veces quiero retar al mundo. A veces sucede lo que menos esperamos, pero no me arrepiento, sonrió frente a eso y dibujo mentalmente un norte que estoy segura me enseñará algo mejor.

13 de octubre de 2014

MAÑANAS INVISIBLES


He escuchado decir muchas veces esta frase: “no dejes que tu miedo pueda más que tú” y la verdad que han sido tantas que hasta empecé a tenerle miedo a ese “miedo” hasta que decidí ser indiferente a lo que muchos decían y a lo que significaba esa palabra. Siempre he amado soñar a escondidas, ocultar mis sueños tras sonrisas fugaces, dibujar esos mañanas perfectos que si no son reales pueden serlo en mi mente, ahí nadie interviene, un mañana en donde pueda escribir una historia diferente, donde pueda recordar el ayer con un respiro de alivio, de experiencia, de aprendizaje, y caminar hacia adelante sin arrepentirme da nada. Que cada palabra que haya dicho de corazón la recuerde como una tarea cumplida, y que no vengan lamentos por algo que en su momento desee hacer. Buscar en cada detalle un motivo más para decidir ser feliz. No ignorar a los que necesitan hablarme. Un mañana en donde sienta que el destino se convirtió en mi aliado para sentir un día mejor, donde pueda cerrar los ojos y sólo imaginar que hoy sólo vale reír y soñar. No hay lágrimas, no hay lamentos, sólo hay esperanza, fe, y sueños por cumplir, que vendrán y que serán tu mejor anécdota para recordar.

2 de enero de 2014

NUEVOS CAPÍTULOS


Las despedidas por lo general terminan con una promesa por cumplir pero que producen una cierta esperanza puesta en la mente y el corazón del quien la da y recibe. Algunas de ellas son ensayadas para que todos los deseos queden claros y ambas partes queden satisfechas con el adiós, por otro lado hay algunas que son dolorosas por el silencio que embarga, por la ausencia de esperanza y de futuro y por la convicción de que a partir de ese adiós, ya nada existe, excepto recuerdos inútiles que con el tiempo podremos manejar, sin embargo qué hay con ése agradecimiento por el tiempo que haz y han invertido en ti, qué hay con las promesas que fueron el motor de tu futuro, y que si no se lograron concluir fueron en algún momento la motivación que necesitaste cuando te faltaba ese “algo” para continuar con tu pesada semana. Sólo a veces el decir adiós trae tristeza y amargura, pero el agradecer a la otra persona te traerá gratitud contigo mismo, nos hará entender que no hay tiempo perdido ni muerto, sino puro tiempo de enseñanza y de aprendizaje. Que cada persona es un mundo nuevo y maravilloso, que cada persona tiene una primavera para prometerte pero también una tormenta que necesitará de tu ayuda para controlarla, o al menos de tu compañía. Nunca te despidas sin agradecer, busca la manera de en qué cuando llegue el momento de voltear la página; antes, te hayas tomado un ratito para escribir “gracias” y obviamente colocar ese punto final que muchas veces es la puerta a otra nueva y mejor historia.