25 de noviembre de 2010

ÚLTIMOS MINUTOS


Y lo bendije sin saber que hacía. Le pedí que hiciese lo mismo y él lo hizo diciendome: "Bendita sea esta mujer que mucho amo" sus palabras eran bonitas, volvimos a abrazarnos y nos quedamos allí, sin entender cómo once minutos pueden llevar a un hombre y a una mujer a todo esto.