27 de enero de 2011

PARA LOS QUE LA PERDIERON


Desde muy niña siempre imaginaba encontrar la felicidad en una forma concreta, en una forma física; donde pueda tocarla, sentirla, palparla, contemplarla y abrazarla como un agradecimiento a las bondades que había recibido en su vida. Siempre salía por su ventana y de forma soñadora observa el cielo azulado a quien pedía todas las mañanas por su deseo esperado, constantemente lanzaba al viento peticiones a sus dioses para pedirle que la felicidad pueda llegar por su ventana como aquellos rayos de luz que la levantaban después de un largo día. Fueron muchos años que realizo aquel ritual, hasta que un día después de muchos años entendió que la felicidad siempre estuvo con ella de forma anónima y a la vez presente como todo lo que la rodeaba. Dándole el lógico sentido a sus actos. Existieron muchos contratiempos que vistieron aquellas épocas con oscuras vestiduras, pero después de un tiempo sentía una eterna paz con ella misma que la ayuda siempre a seguir adelante. Existió mucha desconfianza que permitieron en oportunidades opacar la esperanza soñadora que unía la fantasía con la realidad pero ella siempre fue valiente ocultando sin querer tras esa sonrisa dulce el más fuerte de los sueños: Nunca perder la fe.

Y al final es la esperanza la que triunfa.

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