A pesar de su inexperiencia, de su fragilidad, de su miedo; un día despertó y decidió amar. Pensó por unos segundos que aquella experiencia sería en vano y que la llevaría a una realidad que ignoraba desde siempre. Deseaba con todo su corazón que él sintiese lo mismo por ella. Buscó en su mirada tierna la explicación para lo que siente, encontró en esa sonrisa mágica el motivo para volver a amar, para sentirse feliz del modo que extrañaba estarlo. El amor siempre nos lleva a experiencias nuevas, a conocer un estilo más para dibujar de manera exacta nuestro destino. Después de mucho tiempo ella decidió abrir su corazón y este más rojo que nunca le dijo que ya era tiempo de amar.
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