27 de septiembre de 2010

¡VIVIR!


Fueron siete años de recuerdos. En ese momento, mi curiosidad no se dirigió a lo que podría pasar en ése futuro del que él me hablaba. Fijé mi mirada en sus ojos miel y sólo supe que estaba enamorada. Muchas veces, no importa la carrera infinita del tiempo, lo que importa es ¡vivir!

1 comentario:

Almenara dijo...

Siempre lo que queda es eso, lo que vivimos, los que sentimos, lo que reimos, lo demás aunque le damos mucha importancia (Ya que hoy en día estamos obligados a darsela) no la tiene.